Darío Paso-Jardiel, actor, escritor y director, proviene de una familia con más de 100 años de tradición en el mundo del teatro y del cine. Es bisnieto de Enrique Jardiel Poncela, nieto de Alfonso Paso e hijo y sobrino de actores. Comenzó su carrera en la interpretación a la edad de 11 años y a escribir y dirigir cortometrajes con tan sólo 16. Ha participado en series de televisión tan conocidas como Al salir de clase, Compañeros, Ana y los Siete, Hospital Central, El Comisario… En cuanto a cine, ha trabajado con grandes directores en películas como» La buena vida» de David Trueba, «Tapas» de José Corbacho y Juan Cruz o «Torrente, el brazo tonto de la ley» de Santiago Segura, entre otras muchas. Ha desarrollado una larga carrera en teatro con obras como «Sé infiel y no mires con quién» dirigida por Pilar Massa. Además, ha hecho colaboraciones en programas como Muchachada Nui, La2 de TVE, o en la exitosa webserie valenciana Sin Vida Propia.

    Él se define como un “caos organizado” y hoy le agradecemos que haya podido poner un poquito de orden en su marcha diaria para contestarnos en El club del escenario.

1.-        Leño, grupo legendario por excelencia, titulaba una canción “Maneras de vivir”. ¿Cuál es su manera de vivir día a día? 

Como muchos compañeros de profesión y compatriotas más que vivir sobrevivo. Mi día a día es sencillo: me levanto, desayuno mientras cotilleo en la redes sociales y me informo del apocalipsis que estamos viviendo. Cuando me sobrepongo bajo a mi perro a pasear y a que olisquee cosas. Luego trato de escribir o centrarme en algún nuevo proyecto propio de los mil y uno que tengo en la cabeza. Como, mal, por norma (podría vivir a base de refrescos, tabaco, café y helados) y me echo la siesta (la verdad es que duermo demasiado, me lo tengo que hacer mirar) Y después me pego de nuevo al ordenador y trato de escribir otro poco. Paseo a mi perro de nuevo y me pongo a ver alguna película (este es uno de los mejores momentos del día). Soy un tipo sencillo.

2.-       Munch gritó al mundo con su obra “El Grito”. ¿Cuál sería su grito al actual mundo, qué le gritaría? 

Para empezar has nombrado a uno de mis pintores favoritos, conecto mucho no sólo con su expresión artística, sino también con la época en la que vivió: la era de las vanguardias. Creo que hubiera sido feliz en ese momento histórico. Edvard Munch estaba tan desquiciado y era tan oscuro como yo. Es broma, (no, no lo es).

Tengo muy claro lo que gritaría ahora mismo: «¡Despierta, imbécil, te están engañando!» Y creo que es un grito muy necesario en el momento sociocultural y político que estamos viviendo. Corremos el riesgo de dejarnos arrastrar por la apatía, por el conformismo y dejar que nos machaque «la maquinaria» y eso es muy peligroso.

3.-       Lo que el viento se llevó… es un clásico del cine pero: ¿Qué se llevo el viento cuando le llegó la fama o el reconocimiento? 

Nunca me ha llegado la fama, al menos la fama como yo la entiendo. O sea, para mí, ser famoso, es ser Machado, Poe, Klint, Moisés o Da Vinci, es decir, una celebridad, alguien al que se le respeta y se le conoce por su aporte a la humanidad y por dejar una marca en la historia. El concepto de fama que tenemos ahora mismo es frívolo y no es más que la fugaz popularidad de un momento concreto. Sí, hubo un tiempo en mi vida en el que fui popular, vamos, que me reconocían por la calle por salir en la televisión y en el cine y poco más. Y lo que se llevó el viento fue algo de intimidad y sano anonimato, no mucho más.

El reconocimiento lo he tenido en momentos puntuales y en un estrato más pequeño y familiar y, te aseguro, que son los mejores que he vivido en mi vida. El reconocimiento, aunque sea pequeño, es mil veces más estimulante y gratificante que la fama.

4.-       El Guernica, Picasso; escenificaba una gran tragedia/catástrofe. ¿Existe un Guernica actual en nuestra sociedad? De haberlo, ¿cuál pintaría? 

Muy buena pregunta. En la sociedad actual, sobre todo en la occidental, hay un Guernica en cada esquina. Si Picasso viviera actualmente tendría destrozada la mano de pintar «guernicas» constantemente. Guerra, pobreza, caos, desigualdad, fanatismo, hambre, enfermedad. ¿Y cómo nos enfrentamos a todo ello? Con estímulos electrónicos y estúpidos que nos hacen creer que somos felices. Ese es nuestro Guernica. Hemos llegado al equilibrio perfecto entre el «1984» de Orwell y «Un mundo feliz» de Huxley. Algunos me llaman pesimista, catastrofista, yo prefiero considerarme realista.

5.-       Parafraseando a Los Secretos: ¿Cuál es la buena chica/el buen chico de su vida? 

¡Vaya! Esta sí que es difícil. No tengo un canon de chica buena o «perfecta» para mí. Creo que busco lo mismo que el resto de la gente: reciprocidad, intereses comunes, bondad, inteligencia, sentido del humor, cariño… Tal vez, si me pusiera exigente, mi «buena chica» sería, paradójicamente, la que no fuera una buena chica, la que, precisamente, fuera todo lo contrario de lo que le dicta la sociedad que debe ser. Sí, una mujer rebelde y fuera de los patrones.

6.-       Goya, al final de sus días, plasmó en su obra “Aún aprendo”, todo un  alegato de un grande sobre el conocimiento. Usted: ¿de qué o quién aprende? 

Otro pintor que, sencillamente, adoro. Considerado por muchos como el primer pintor moderno y el padre, incluso, del cómic. Moderno, progresista (afrancesado que dirían en la época), arriesgado, ambicioso, revolucionario y tenebrista, vamos, un buen colega perfecto para mí.

Yo aprendo constantemente, me siento siempre en pañales ante todo, y con la edad más, voy notando como que he de empezar casi de cero con muchas cosas. Aprendo mucho de mi madre, aprendo mucho de mi gran amigo Víctor Clavijo, aprendo de lo que veo y escucho. Trato de estar en un persistente estado de alerta pedagógica. Cualquier cosa me genera mucha curiosidad y, por mis condiciones vitales, siempre he sido un autodidacta. Me gusta aprender por mi cuenta y ponerme retos todo el rato. Nunca se deja de aprender, incluso en el lecho de muerte, donde aprendemos la lección más importante de todas: «¡Coño! Si esto de la vida no había que tomárselo tan en serio».

7.-       El Padrino III, esgrimía una visionaria frase: ¿O imperecedera en cualquier tiempo?… “Cuanto más alto subo más mierda encuentro”: ¿Se ajusta a nuestra actualidad política?

Totalmente. Vamos, se ajusta como un guante. La realidad política española encuentra su reflejo en la saga completa de «El Padrino». Es curioso, una vez leí, o escuché, una frase que me impactó mucho y que no consigo quitarme de la cabeza: «¿Por qué en España no hay mafia? Porque no hace falta». Y es que está tan instaurada en los altos estratos de la sociedad, las finanzas y la política, que no hace falta crear una banda criminal, está ahí, permitida y legitimada. No obstante, se dice que los padres de la mafia italiana, tal y como la entendemos ahora, fue la familia Borgia (Borja) ¿Y de dónde eran los Borgia?

8.-     Manolo Tena escribió y cantó… “Si todos no han muerto hay alguien que  sueña”: ¿Qué podemos esperar nosotros mismos de esta sociedad? ¿Se ha perdido toda Fe? ¿Algún vivo en la sala? Usted está muy vivo… ¿su sueño?

Estoy muy vivo y sueño muchísimo. Aunque el realismo a veces me venza soy una persona positiva que cree que la especie humana tiene solución. Vivimos un momento en el que muchos están (o estamos) adormecidos, adocenados, narcotizados pero sé que, en algún momento, despertaremos y querremos cambiar todo lo que nos rodea. Ya llevamos una etapa larga de desperezamiento colectivo que me da bastantes esperanzas de que, aunque sea poco a poco, las cosas pueden y vayan a ir cambiando.

Hay muchas personas que ya están luchando por ello, personas valientes que quieren lo mejor para todos, que quieren dar un giro revolucionario en todos los sectores de nuestra sociedad y a estas personas hay que apoyarlas y cuidarlas con la mayor de nuestras fuerzas. Ellos son los héroes y no muchos que aparecen en placas y monumentos de nuestras calles y en las reseñas de nuestros libros de historia, a los que se les otorgan premios hipócritas y ofensivos.

En cuanto a un sueño personal, el mayor que tengo es poder vivir de mi trabajo, poder escribir y dirigir cine y teatro y que la sociedad me permita comer de ello y estar feliz y orgulloso de hacerlo.

9.-       La Divina comedia de Dante, se divide en tres partes: ¿Cuál sería su infierno? ¿Su purgatorio? ¿Su paraíso?        

¡Joder! Hacéis unas preguntas… Mi infierno sería mi propia mente, de la que saco, curiosamente, cosas muy positivas y creativas. Mi purgatorio sería mi día a día como ciudadano y profesional de la cultura en este país. Mi paraíso, sin lugar a dudas, sería estar con mis queridos hermanos peludos (mis gatitos y mi perrito) y perderme en mi propia imaginación.

10.-      Hágase una pregunta, por favor. ¿Nos la contesta? 

¿Tienes hambre? Sí, de todo.


 

Videobook de Darío Paso

+ Info: Página Web Oficial | Twitter 

Fotografía portada de Víctor Clavijo


perfil-facebookYolanda Pérez Marín | El Club del Escenario